Okinawa es conocida por su alta población de centenarios. Más de 900 de los 1,3 millones de habitantes de la isla tienen 100 años o más. Los nutricionistas atribuyen esto a su particular forma de alimentación.
El
alimento básico en Japón sigue siendo el arroz. Los japoneses consumen
un promedio de 15 kilogramos al año. Este se suele combinar con
verduras en conserva. En particular, en Okinawa se consume el
llamado Pepino Amargo (Momordica charantia), que ha demostrado tener
propiedades beneficiosas para la salud: sus componentes reducen
los niveles de azúcar en la sangre, previenen cálculos en la vejiga,
refuerzan el sistema inmunológico y bajan los niveles altos de lípidos en la sangre.
Además,
los japoneses consumen mucha más pescado: en 2013, el consumo
anual per cápita fue de alrededor de 48 kg. En Alemania, el consumo
se sitúa en unos 13 kg al año. A continuación, algunas impresiones de mi último viaje a Tokio y la visita al mercado de pescado allí:
Allí se dice 'no perder la cabeza' ante la variedad y selección.
El
consumo de carne fue tabú en Japón durante 1000 años, incluso prohibido. Ya en 675, el emperador
Temmu prohibió explícitamente el consumo de ganado, caballos, perros, monos y
pollos. Esto se explicó con las normas del budismo. Estaban exentos de esta regla los animales salvajes y los peces, así como las ballenas, que eran considerados
peces y cuya carne se consume hasta hoy. Según la estadística,
el japonés promedio consume alrededor de 30 gramos de carne de ballena al año.
Solo
en la década de 1860 se establecieron mataderos, y en 1873
el emperador aprobó el consumo de carne de res. La carne de cerdo se volvió popular en la década de 1930.
La crianza de
aves para la producción de carne es insignificante: En 2007, Japón ocupó
el último lugar en la clasificación mundial de productores de aves.
El
pan como alimento fue introducido con la ocupación americana después de la Segunda
Guerra Mundial.
Aunque
Okinawa solo representa el 1% de la superficie de Japón, todavía hay
tres cuartas partes de las tropas estadounidenses que están estacionadas allí desde la Segunda Guerra Mundial. Esta es la razón por la cual en la capital Naha
hay numerosas cadenas de comida rápida, cafeterías y heladerías. Esto plantea
la esperanza de que también haya menús que sean comprensibles para los europeos,
pero, por otro lado, sería una pena viajar tan lejos para alimentarse de hamburguesas, tacos y waffles.