Publicado: 21.05.2017
La segunda parada en nuestra lamentablemente muy corta visita a Laos fue la capital, Vientián.
Bueno, qué puedo decir, en mi opinión, esta ciudad puede ser eliminada de vuestro itinerario para Laos.
No me gustó Vientián en absoluto. Aparte de que no hay mucho que ver, realmente no puedo justificarlo, simplemente no me sentí bien. Pero después de Luang Prabang, las expectativas estaban muy, muy altas ;).
A Luki le pareció bastante aceptable, pero mi corazón no pudo ser conquistado por la ciudad. Afortunadamente, solo queríamos quedarnos aquí 3 días.
Lo único digno de mención de mi parte fue nuestro restaurante habitual, Tyson Kitchen.
Un laosiano de nacimiento, que emigró a Canadá con los bolsillos vacíos, ha hecho un pequeño fortuna allí con negocios inmobiliarios. Después de criar a sus hijos en Canadá, regresó a Vientián para construir un restaurante, que no solo nombró en honor a su hijo, sino que también se lo regaló. Como se puede imaginar, el hijo se llama Tyson.
Ahora el negocio prospera y él viene una o dos veces al año a Vientián para ver cómo va todo y charlar con los turistas. Nos divertimos muchísimo con este loco caballero de unos 70 años. Nos dio consejos sobre cómo ganar dinero, ser felices, y Luki recibió consejos sobre cómo tratar a las mujeres y mantener el amor fresco toda la vida. Él, su hijo y su adorable esposa son un grupo muy cariñoso y, además de las charlas, también nos ofrecieron whisky laosiano y cócteles canadienses.
Si alguna vez están en Vientián, ¡definitivamente deben pasarse por ahí! :).
De hecho, no hay ni una sola imagen de Vientián, pero sí de nuestra próxima parada.
¡Adiós, hermoso Laos! Hacia Camboya.