Publicado: 04.04.2018
¡Increíble! Han pasado cinco meses y desde la semana pasada hemos regresado a Leipzig.
Nos tomó de 4 a 5 días aclimatarnos. El jet lag, con horarios de sueño y vigilia inusuales, ataques de hambre a medianoche y cambios de humor, fue bastante pronunciado. Sin embargo, la recepción y la posterior celebración de Pascua con nuestra familia fueron muy bonitas. Es simplemente lo mejor saber que hay personas que se alegran de tu regreso y te esperan con ansias.
No hay mucho que contar sobre el vuelo de regreso. Partimos de Auckland con Qatar Airways en un vuelo de 17 horas hacia Doha (Catar). No podíamos imaginar cómo sobrevivir a ese vuelo. Pero después de 4 películas, 4 comidas y un número infinito de juegos de Solitario, lo logramos. El segundo vuelo de Doha a Frankfurt se sintió como un trayecto corto de 6.5 horas. Muy felices y cansados aterrizamos muy temprano a las 07:00 am. Sin embargo, la fatiga tuvo que esperar, ya que nuestro hijo y su novia vinieron a buscarnos. ¡Un momento increíblemente emotivo! Pasamos unas horas juntos y luego nos dirigimos a la última etapa hacia Leipzig en tren. Para nosotros, siempre fue algo muy especial ser recogidos en la estación central de Leipzig cuando éramos niños. Y así abrazamos a nuestra familia más cercana. ¡Maravilloso!
Regreso al futuro - para nosotros una imagen emocionante. ¿Qué traerá nuestro futuro? Trajimos planes, ideas y visiones. Ahora tenemos que poner en práctica estas ideas después de nuestras extraordinarias experiencias en Nueva Zelanda. Estamos emocionados por ello, pero también necesitamos tiempo para procesar lo que hemos vivido. Pero estamos llenos de energía y queremos aprovechar esto en todos los aspectos.
En las publicaciones anteriores hemos hablado mucho sobre nuestros sentimientos y experiencias. De ellas hemos sacado conclusiones y aprendizajes. La conclusión más importante de estos cinco meses de pausa en la naturaleza salvaje, bajo condiciones extraordinarias y desafíos personales y físicos, se refiere a nuestra relación.
Pasamos cinco meses juntos, 24 horas al día. Juntos sudamos, nos congelamos, estuvimos exhaustos en las montañas, y tuvimos ampollas en los pies. Disfrutamos juntos de la naturaleza, los amaneceres y atardeceres, las tormentas, los ríos caudalosos, la primera cerveza después de una larga caminata. Montamos y desmontamos la tienda juntos día tras día, forjamos y cambiamos nuevos planes, y compartimos nuestras experiencias con otros excursionistas. Seguramente también hubo fricciones, pero el mayor descubrimiento fue conocernos mutuamente una y otra vez, descubrir nuestras fortalezas, aceptar debilidades aparentes y de ambas crear una grandiosa mezcla de convivencia en una fase extraordinaria de nuestra vida juntos.
Para esto solo podemos darnos las gracias mutuamente. ¡Y estamos seguros de que esta experiencia también nos será útil para nuestro futuro!
Por eso, en realidad, deberíamos decir:
Juntos de regreso al futuro.
Esta es nuestra última publicación. Gracias por acompañarnos y por los muchos comentarios motivadores. Esperamos vernos muchas veces más. ¡A todos los lectores desconocidos, les deseamos lo mejor!!!!
Susi y Andreas o “Los Koewis”