Publicado: 07.08.2023
Lo más impresionante de Stift Marienfließ es la calma. Irradia desde la iglesia del monasterio, desde los poderosos árboles que la rodean, desde el prado sombreado delante de ella. Se coloca como un delicado velo entre el antiguo monasterio con su parque y el resto del mundo ruidoso y rápido, permitiendo que el tiempo quede fuera.🌳
La iglesia del monasterio de Marienfließ, situada detrás, pertenecía una vez al monasterio cisterciense más antiguo de Brandeburgo, que fue fundado en 1230 por el caballero y noble Johann Gans de Putlitz. La iglesia, construida en el siglo XIII, sobrevivió a las instalaciones del monasterio, que fueron saqueadas y destruidas durante la Guerra de los Treinta Años.
La iglesia irradia calma y ligereza. Un sonido de órgano inusualmente suave invita a entrar. El cartel en la puerta de entrada señala conciertos próximos y una exposición de arte en el interior. La luz atraviesa las ventanas de vidrio pintado—ahí está de nuevo: la calma y ligereza. Esta iglesia de estilo gótico temprano no es majestuosa, como muchos otros edificios de iglesias, sino que es acogedora, sonríe. Está llena de colores.😄
En el camino hacia el coro, uno se encuentra con la historia: una antigua punta de tormenta y el reloj de la iglesia, mapas antiguos dibujados que recuerdan tiempos pasados. Bajo el coro, brillan los testimonios del arte moderno. Entre ellos flota la organo de 150 años de antigüedad. Un clavicémbalo a los pies del altar espera el próximo concierto. Uno se imagina cómo la música puede sentir y elevar este espacio, sin perturbar la calma. La acústica lo hace posible.
Fuera, el Stepenitz fluye junto a un inusual relicario: un fontanero, salvado de una iglesia profanada y que ha sido demolida. En la cálida temporada, aquí las personas se bautizan directamente en el río. Un haya sanguina y un roble, ambos de alrededor de 200 años de edad, forman una cúpula entre la iglesia y el agua. Nada debería perturbar la calma.
El bosque en la otra orilla del Stepenitz tiene su propia música. Los pájaros, los insectos, el viento y el agua la componen. La calma que lo abarca todo dirige y deja que la melodía vibre a lo largo del camino hacia la fuente. Aquí se espera que más tarde surja un camino de peregrinación.
Quien busca desaceleración la encuentra justo aquí.🙌🏼