Peor no puede ser. Después de escalar una cascada y caminar 6 horas a través de la selva, estoy optimista. Nada puede desestabilizarme y tengo mi propia opinión.
Cuando un tailandés te dice que la comida no está picante, te quemarás la boca por seguro. 🤫 Cuando un tailandés dice que es seguro escalar la cascada, seguramente algunas personas han perdido la vida. 😢 Cuando un tailandés dice que puedes mantener tus chanclas mientras visitas una cueva… para ya, a partir de ahora estaré alerta y por si acaso me pondré mis zapatillas que ya están un poco desgastadas.
Y... acción! Armados con una lámpara de gas del siglo pasado, atravesamos la cueva de estalactitas. Brilla en todos los lugares que alcanza el haz de la lámpara. Aquí no hay turismo de masas. Vamos por caminos irregulares. Cruzamos puentes de bambú y nuevamente tenemos que subir escaleras empinadas. Y para que esto tenga un toque de aventura, son bastante estrechas y llenas de arena, y de vez en cuando sobresale un clavo de la madera. Abeja casi pierde sus chanclas. Creo que a veces también hay que hacer sacrificios. JohnBoy se descola a tiempo. Genial, pienso, ahora estamos solos con la guía, una mujer de unos 70 años que no domina el inglés. 😬 Me imagino lo que pasaría si la lámpara se apaga, sería completamente oscuro y nunca encontraríamos la salida o si la mujer tiene un desmayo, ya que hace mucho calor en la cueva y tenemos muchas escaleras que subir. En esos momentos le falta el aliento. Después de minutos que parecen interminables, llegamos a un lago en medio de la cueva. Ahora subimos a una balsa de bambú. No parece muy estable, pero no tenemos otra opción para llegar a la siguiente cueva. Sobre nosotros hay una multitud de murciélagos, 🦇 que vuelan de un lado a otro. En la última cueva huele mucho a su excremento. En el siguiente momento, gracias a Dios ya se hace más claro y podemos ver la salida.
Conseguido y feliz de haber superado otra etapa de nuestra gira, continuamos hacia Mae Hong Son. Nuestro hotel está en medio de la selva. Eso es todo, pero desafortunadamente. El hotel parece haber pasado sus mejores días. No sirve de mucho que nos enseñen fotos de Brad Pitt y Angelina Jolie que supuestamente se hospedaron aquí con toda su prole. El chico, supongo que se llamará 'John', 😂 nos ayuda a llevar las maletas. Abeja está horrorizada de cómo trata su maleta. Sin embargo, sonríe y continúa llevándola para ella y al final la arruina. 🥴 Después vamos a refrescarnos en la piscina. Hay dos de ellas. Una para Abeja 🐝 y otra para mí, trato de hacerle entender al chico y él sonríe otra vez. Sí, con humor todo funciona mejor. En la piscina conocemos a Theresa y Mike de Canadá. Dos jóvenes que ya han estado en
Tailandia varias veces y nos dan buenos consejos para nuestro próximo viaje, quizás. Luego nos reunimos para tomar un trago durante la cena. Después de todo, es el Día de la Mujer 🤭 y así será una noche divertida que nos hará olvidar el cansancio y, esperemos, mejore nuestro inglés.
Conclusión tras esta estancia: Nunca más en este hotel, pero eh - ¡hemos dormido en la selva!