Publicado: 12.11.2024
En el segundo día de ampliación en Hangzhou, nos dirigimos a la orilla sureste, donde varios parques se alinean uno tras otro. Para esto, nos espera un largo trayecto en metro con varias transbordos, y quienes desean experimentar el metro de Hangzhou en plena capacidad, como nosotros, eligen un domingo cálido y soleado en verano y disfrutan de ese día junto a los numerosos habitantes de Hangzhou. Después de haber encontrado a la mitad de los residentes de la metrópoli de doce millones en el Jardín Botánico, ahora la otra mitad nos espera en el Lago Oeste. Sin embargo, rápidamente se dispersa en las áreas del parque, y el agradable paseo por los espacios verdes me ayuda a entender este aflujo. Un lugar relajante para dejar que el sol de finales de otoño brille en nuestro rostro. En una pequeña bahía, un búfalo dorado brilla en el agua, ya que el Lago Oeste ha sido conocido desde la antigüedad como el Lago de Búfalo Dorado. Según la leyenda de la época de la dinastía Han, había un búfalo dorado en el fondo del lago. Siempre que el lago se secaba, el búfalo aparecía y escupía agua, hasta que el lago estaba nuevamente lleno. Para ganarse la favor del emperador, los funcionarios locales querían atrapar al búfalo dorado y ordenaron que el agua del lago fuera drenada con ruedas de agua. Cuando el lago se secó, el búfalo apareció como se esperaba. Los funcionarios intentaron atraparlo, pero este bramó con tanta furia que produjo tanta agua que todos los funcionarios se ahogaron en poco tiempo. Desde entonces, el Lago Oeste nunca más se ha secado, y el búfalo nunca volvió a aparecer, salvo como una obra de arte dorada en esta bahía. En el camino junto a la orilla, a menudo aparecen veloces minibuses turísticos abiertos, que en lugar de frenar, dispersan a los paseantes con una melodía estridente, véase el video a través de este enlace: Paseo por el Lago Oeste. Un hombre está preparando su dron, que luego desaparece a una buena velocidad sobre el lago. Grandes y pequeños barcos de excursión navegan junto a nosotros. La Pagoda Leifeng ahora presenta un bonito motivo a contraluz y sí, veo el sol brillar en el Lago Oeste... Misión cumplida.