Publicado: 22.09.2018
Bueno chicos, la escuela me ha atrapado también en Letonia. No sé hasta qué punto una persona que nunca ha tenido esta experiencia puede entenderlo, pero es increíblemente agotador pasar ocho horas en la escuela y, por lo general, no tener realmente un plan sobre de qué se está hablando. Aunque el sistema educativo alemán y un correspondiente diploma se consideran de muy alta calidad en muchos lugares, aún tengo la sensación de que mis compañeros de clase tienen un conocimiento bastante amplio y en algunas cosas ya están mucho más avanzados que nosotros los alemanes. Matemáticas e inglés, por ejemplo, pero también en ciencias naturales se proyectan cosas en la pizarra que nunca he visto. Y no, no es porque en Alemania no preste atención en estas materias. Aún así tengo compañeros de clase que intentan explicarme todo lo importante y meterme en el ambiente escolar. Lo aprecio mucho, ya que también significa que no pueden captar todo en la clase. En general, los letones son un pueblo muy distanciado, pero mi madre anfitriona me asegura que seguramente me sentiré más cercana a ellos y, por último, también es una nueva experiencia para mis compañeros de clase contar con un estudiante de intercambio entre ellos. Como ella es mi profesora de clase, conoce muy bien nuestra clase y dice que realmente tengo compañeros muy amables, inteligentes y tolerantes y que seguramente se formarán algunas amistades. Si eso realmente sucede, estoy deseando poder recibirlos en Alemania en los próximos años ;). Hasta entonces, disfruto de Liepaaja, sus habitantes y la playa a la vuelta de la esquina. El fin de semana pasado, de hecho, tuvimos una estudiante de intercambio japonesa que trajo un poco de Japón a la casa. Me gustó mucho el kimono. Por cierto, hicimos una excursión al campo militar en el marco de la clase de historia y recreamos la segunda guerra mundial. Corríamos por ahí con rifles y granadas de mano y teníamos que expulsar a los alemanes. Algunos se lo tomaron bastante en serio, yo encontré esta controversia (yo como soldado letón combatiendo a invasores alemanes) bastante divertida (sé que en la realidad no lo es, por supuesto). En cualquier caso, tuvimos que bombardear búnkeres (aunque en realidad, debido a la falta de habilidades de lanzamiento, siempre nos habríamos destruido a nosotros mismos), correr por túneles humeantes, seguir todas las órdenes y, por supuesto, siempre llevar la bandera letona al frente. Una experiencia increíble, sobre todo porque aprender historia de esta manera es mucho más fácil y divertido.