Publicado: 23.02.2017
Así que continuamos en ferry a través de la frontera hacia el oeste de Uruguay, a la encantadora ciudad de Colonia del Sacramento.
Pequeña, muy manejable y afortunadamente no totalmente inundada de turistas. La arquitectura está muy influenciada por estilos portugueses y españoles.
No es de extrañar, ya que los portugueses fundaron la ciudad en 1680 para contrabandear mercancías a Buenos Aires a través del Río de la Plata, y luego fue ocupada por los españoles, quienes la mantuvieron por razones económicas hasta 1777.
En el centro histórico se ofrece una gran variedad de arte local.
Lo que llama la atención es la especial dedicación que se tiene al mate, ya que muchos locales llevan con total naturalidad su termo y el típico mate de madera con la llamada bombilla, que es una pajita de metal con filtro. No importa si están en la calle, en el autobús, en el supermercado, siempre están recargando. Cuando pregunté por curiosidad, un joven me ofreció espontáneamente probarlo yo misma.
Quizás el saludable mate tenga un efecto tan positivo en las personas, ya que aquí definitivamente no parece haber miedo de 'gérmenes maliciosos' de extraños. Aprendí que tomar mate también tiene un importante significado social.
Pasamos aquí dos días en un agradable albergue, que principalmente es frecuentado por gente (más) joven (que nosotros;)). A nuestra llegada, nos indicaron el 'barbacoa' que se iba a llevar a cabo esa noche en el acogedor patio, y nos entusiasmamos al escuchar sobre las diversas especialidades de carne. Cuando agradecimos y explicamos que éramos vegetarianos, el joven en la recepción comentó que también habría algo para nosotros: pimientos asados...
Afortunadamente, no fue difícil encontrar restaurantes y bares muy agradables que también fueran adecuados para nosotros.
Estos se encuentran también por todo el centro en las encantadoras calles empedradas.
...este no, pero es muy decorativo como macetero ;)...
En el Barrio Histórico también está el antiguo faro, desde donde vimos la ciudad desde arriba.
También hay una Plaza de Armas con el símbolo de la ciudad, la Basílica de Sacramento de 1680, la iglesia más antigua de Uruguay.
En resumen, es un lugar muy agradable y tranquilo, pero después de dos días sentimos que ya habíamos visto casi todo. Ahora estamos ansiosos por llegar a la capital Montevideo, nuestro próximo destino.
Un gran lema: ¡HOY es un buen día!