Publicado: 08.07.2022
Nuestro círculo se ha cerrado, estamos de vuelta en el puerto de Seyðisfjörður. Todo sale bien nuevamente, esta vez conseguimos la cabina Svartstelkur, tres puertas al lado de la cabina Falken en el viaje de ida.
Está haciendo buen tiempo, bastante oleaje. Susanne saca los vendajes mágicos que nos pegamos detrás de la oreja y de los cuales te sientes cansado y sin apetito, pero no mareado.
Por la noche, por primera vez, vuelve a haber algo así como oscuridad - a menos que estés en el brillantemente iluminado puerto de las Islas Feroe.
Después de 48 horas de viaje, estamos de regreso en Hirtshals, Dinamarca. El viaje al sur por Flensburg y Hamburgo pasa bastante rápido. Hacemos una parada en Hannover, donde vive la hija de Susanne, que la semana pasada cuidó al perro - más bien un osito -.
El domingo después del desayuno, los últimos 350 km a Francfort se prolongan un poco, después de haber estado sentada en el coche ya tengo suficiente. Pero fue maravilloso, un viaje muy impresionantemente.
Gracias, Susanne, por permitirme acompañarte.