Publicado: 29.05.2022
Hoy tengo vacaciones, no hago un solo metro en bicicleta, sino que por 3,00€ voy en autobús público a Venecia y regreso. Por supuesto que tengo mi mascarilla en la bolsa, pero no la llevo puesta, el conductor del autobús hace un gran espectáculo. Los pasajeros creen que debería seguir adelante, se quejan, pero no, no puede. Una italiana me da una simple mascarilla quirúrgica y todo está bien. Durante el viaje veo muchas narices descubiertas y mentones al aire, fuera del transporte público, nadie usa mascarilla.
Estoy encantado, los 18°C y el clima ventoso y lluvioso me recuerdan más a Inglaterra que a Roma, es mucho más mi temperatura ideal de operación. Durante bastante tiempo vagabundeo y me dejo llevar por la ciudad con la conciencia de que hoy no tengo a dónde ir. Disfruto viendo a los turistas tratando de hacerse selfies y a los vendedores ambulantes intentando venderles algo. Aunque aquí puede haber tantos turistas como en Roma, hoy puedo disfrutarlo: camino por los callejones sinuosos y sobre los puentes y soy feliz de estar aquí.
Camping Serenissima, aproximadamente 15€, hoy sí hay Wi-Fi, un lugar simple y tranquilo.