Publicado: 10.05.2019
Ver Osaka
Esta mañana comenzó la aventura. Me gustó mucho Kyoto y, sinceramente, me costó despedirme. La ciudad, con sus mil escritos y su atmósfera que aunque no parecía muy grande, me había cautivado y es por eso que la despedida fue tan difícil. Luego continué del estación de tren de Kyoto a Osaka en tren. Después de menos de media hora llegué a la estación de Osaka y las dimensiones de Osaka son comparables a las de Tokio. Así que mi primera impresión fue que había muchas personas, muchos rascacielos, era muy ruidoso y eso hacía que cada persona se sintiera muy pequeña. Extrañaba Kyoto con su forma más pequeña y tranquila. Pero primero, al llegar al hotel, pensé que lamentablemente no podría hacer el check-in hasta las 15:00 horas. Hice lo mejor que pude y fui a comer a un típicamente restaurante en un patio trasero, donde tenía pollo crujiente con arroz y sopa de miso, además de una pequeña ensalada, realmente estaba delicioso. Luego volví al hotel y finalmente pude instalarme en mi habitación en el piso 19. Y honestamente, sentí nostalgia, hoy lo noté claramente. Y eso también está bien. Luego decidí ponerme en marcha y me fijé como objetivo algo que ya brilla sobre Osaka: el castillo de Osaka. Después de 30 minutos caminando y un poco en tren, finalmente llegué y me dio mucho gusto poder estar aproximadamente dos horas a la sombra del castillo, escribiendo en mi diario y relajándome, planeando más actividades para Osaka. Para mañana, alquilé una bicicleta ya que la ciudad invita a recorrer la ribera del río y además no hay grandes montañas, por lo que se pueden recorrer muchos kilómetros. Esta noche quiero dar un corto paseo por el famoso barrio de Osaka, Dotonbori. Estoy emocionado por lo que me espera aquí.