Publicado: 08.06.2019
Finalmente llegamos. Después de 5,5 horas (a Dubái) y otras 8 horas de vuelo con Emirates, aterrizamos en Shanghái. Ambos vuelos fueron bastante aceptables, siendo el champán en clase business un buen añadido. En el aeropuerto, nuestro guía para China (llamado "Franz", ya que nadie puede pronunciar su nombre chino) nos recogió y nos llevó al hotel (Kempinski) junto con algunos otros compañeros de viaje. Por la noche se organizó una pequeña recepción para que pudiéramos conocernos un poco.