Publicado: 10.08.2018
Después de la gran ciudad, era hora de algo de idilio. Lo encontramos en la pequeña isla de Pangkor, que es considerada un destino de fin de semana para los malayos, así que durante la semana no había mucha actividad. Aún así, la hermosa playa, que invitaba a quedarse con sus hamacas, era maravillosa.
Un día lo pasamos explorando los lugares de interés de la isla en una moto. Vimos un templo budista con una réplica de la Gran Muralla China, una mezquita sobre el agua, un templo hindú justo al lado del mar, una ruina de un antiguo fuerte y una piedra histórica, sobre la cual no pudimos averiguar de qué se trataba, pero de alguna manera era divertida. Así pasaron rápidamente los dos días en la isla y era de nuevo hora de tomar el ferry de regreso al continente.