Publicado: 05.01.2020
¡Ahora continuamos hacia el cercano Lago Tekapo! ¡Allí nos sorprendimos por la cantidad de turistas!!! El lugar es muy pequeño y es especialmente conocido por su iglesia. La iglesia de Shepard... Allí había muchísimos turistas, así que primero fuimos a nuestra casita junto al lago. Desafortunadamente, el humo de Australia aún estaba presente, por lo que la visibilidad era solo moderada. Aun así, hicimos nuestra caminata en Crown Hill a través de muchos campos de lupinos (¡ese aroma, indescriptible!!!) y bajamos hacia el lago... ¡Improvisé una cena con una placa de cocina y el microondas (ahora tenemos que comprar un microondas...)! Después nos fuimos a la cama y pusimos la alarma a la 1:15 a.m. De hecho, finalmente estaba oscuro y ¡podíamos ver miles de estrellas! ¡Para mí, una sensación increíble!!! Caminé en la oscuridad hacia la iglesia y no estaba para nada sola... Al regresar despertamos a los niños y admiramos el cielo estrellado todos juntos. Luego pudimos seguir durmiendo tranquilos y por la mañana continuamos hacia las Hanmer Springs. El viaje hacia allí fue, una vez más, simplemente impresionante. Hicimos el check-in y 15 minutos después estábamos bañándonos en las aguas termales! ¡Los niños también lo disfrutaron mucho! Y ahora ya nos dirigíamos nuevamente al mar - ¡hacia Kaikoura! Nos acomodamos en nuestra casita en el puerto y fuimos de inmediato a ver ballenas. Como llegamos temprano, pudimos abordar un barco antes de lo planeado. Nos advirtieron sobre el fuerte oleaje, pero no le dimos mucha importancia. Luego, comenzó la aventura, y ¡el oleaje era realmente fuerte! Alex se puso pálido y Matti tampoco se veía muy bien... En la primera parada con la ballena jorobada, Matti se quedó dentro - ¡consideró que era demasiado peligroso salir! Admiramos a este enorme coloso y nos emocionamos por el cachalote que ya nos estaba esperando. Entonces, Matti también salió y pudimos ver la aleta como era de esperar, al sumergirse. Alex se había refugiado dentro, con muchos otros y esos sacos de aire... Los tres disfrutamos de la vista de los albatros y el espectáculo de la ballena jorobada. Lamentablemente, las delfines Hector nos abandonaron... Al regresar a tierra, Alex caminó a nuestra casa y en el camino de regreso compramos Fish'n'Chips. Por la mañana despertamos con delfines brincando frente a la casa... Pasamos un día agradable y caminamos sobre la colina hacia el centro. Observamos delfines en el camino y tuvimos tiempo de sobra para relajarnos. No podían faltar un buen café y un helado... Después de recoger conchas en el camino de regreso, volvimos a jugar y a disfrutar de una puesta de sol kitsch. Disfrutamos de nuestra langosta como entrada y del cordero como plato principal! ¡Nueva Zelanda es magnífica!