Publicado: 11.06.2022
Relativamente frescos y de buen ánimo, hemos comenzado hoy. En el desayuno hubo huevos cocidos y patatas hervidas en un puesto de la calle. Luego comenzamos a subir y después bajamos mucho. De 3840 metros a 600 metros. Suena genial, pero desafortunadamente los tramos de grava se alargaron cada vez más y, en algún momento, el asfalto desapareció por completo. Fue un terrible traqueteo y nos tomó un tiempo infinito. Durante el camino, tuve que ajustar mis bolsillos varias veces, un gancho se había soltado por completo. Desafortunadamente, mi freno no sobrevivió a este viaje infernal, pero Kai se encargará de eso mañana. Ya está dormitando a mi lado. La siguiente etapa de nuestro viaje nos lleva a Santa Teresa. Y desde allí queremos visitar Machu Picchu.