Publicado: 22.08.2024
Hoy se celebró el último día de clases, que comenzó con una noticia menos buena: Dos estudiantes tuvieron un malestar estomacal y tuvieron que quedarse en la cama. Un tercer estudiante se quedó por solidaridad y como apoyo a los dos. Para empezar: ambos ya se encuentran algo mejor y esperamos que mañana puedan emprender el camino a Londres y el regreso a casa como es habitual.
Como hoy cambié de grupo de inglés, también pude formarme una opinión al respecto. La clase en sí fue realmente como la deseaban los profesores de inglés y como se indicó el lunes. Se participó activamente y se disfrutó de un ambiente de aprendizaje agradable.
Después de la clase, fuimos al puerto marino de Portsmouth en la ciudad homónima. Allí nuestro objetivo fue el Spinnaker Tower, que tiene 170 metros de altura y un suelo de cristal transitable. Para un destino de excursión de este tipo, mi oído percibió poco quejas hoy. O no escuché bien, o realmente fue como lo percibí.
'¿Realmente tenemos que ir allí?', '¿Podemos quedarnos abajo?' y '¿Qué queremos hacer allí?' como las mismas preguntas recurrentes que he aprendido a ignorar y/o pasar por alto en esta semana de ampliación de mi experiencia. Cabe señalar que son las mismas alumnas y alumnos que después sacan muchas fotos. Así es la vida. Tuve nuevamente la oportunidad de conocer un poco más a algunas alumnas y alumnos, me informaron sobre las puntas abiertas en el cabello y tuve conversaciones animadas. Mi 'tú' ofrecido les resultó sospechoso a algunos jóvenes o no se atrevieron a aceptarlo. En cualquier caso, se sintieron un poco 'desconcertados' y alternaron entre 'usted' o 'tú' 😉.
Es agradable ver que se puede hablar normalmente con los jóvenes. Sin embargo, esto debe hacerse en pequeñas dosis (máximo 2 alumnas o alumnos). Entonces, la tasa de éxito es bastante alta para que surja algo que se asemeje a una conversación.
Espero con ansias el día de mañana en Londres, la visita al Palacio de Buckingham y quizás un paseo en el London Eye con mi hijo.