Vater&Tochter. Eine Fahrt in die Erinnerung
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Una visita a la casa natal de Warlam Shalamov

Publicado: 01.08.2018

La casa natal de Warlam Shalamov, un escritor de la época soviética, se encuentra a solo unos cientos de metros de nuestro hotel. Este hombre estuvo 30 años en cautiverio durante la época de Stalin. Diferentes campos marcaron su vida. Denunciado por su propio cuñado...

Hoy hemos visitado la casa donde nació este escritor. Su padre y su tío eran clérigos, y la familia tuvo una posición difícil en la sociedad tras la revolución de 1918, no en último lugar porque la iglesia fue despojada de poder por los comunistas gobernantes. Los clérigos fueron desmaterializados y humillados.

Warlam Shalamov se mudó a Moscú a una edad joven de 17 años para iniciar sus estudios. Fue encarcelado por primera vez en 1929. Como escritor, siempre escribió y puso sus palabras en papel. En los años 30 estuvo en libertad por un corto tiempo hasta que fue arrestado nuevamente en 1938 y castigado con el exilio en un campo. Hasta la muerte de Stalin, sufrió en el campo de trabajo en Kolyma. Al norte de Rusia, en el borde del mar del Océano Ártico. Varios miles de prisioneros fueron obligados a trabajar en condiciones inhumanas, principalmente extrayendo oro. Solo después de la muerte de Stalin, en 1953, Shalamov fue liberado. Estos campos existieron hasta 1987.

Shalamov pudo contribuir con sus escritos y sus publicaciones para que estos tiempos de terror no fueran olvidados. Se consideró un testigo importante de esta época y, con las publicaciones de sus recuerdos, impulsó un gran debate, especialmente en el marco de la cultura de la memoria.

La exposición sobre el desarrollo de su persona nos impresionó mucho y confirmó cuán importante es recordar especialmente las historias individuales...

En el segundo piso de la casa hay una colección de conocidos artistas rusos. Los colores y la brillantez de las imágenes nos han devuelto la ligereza al corazón y pudimos tener una impresión de la grandeza de los artistas rusos de la época clásica y del realismo.

Esta tarde nos hemos permitido dejar que lo vivido hasta ahora se asiente y hemos estado sentados mucho tiempo en el Vologda, bajo el sol. Ambos con nuestras narices en nuestros libros. Papá se sumergió en un libro de un antiguo prisionero de guerra que también estuvo en Voschega en el hospital. Y yo me aficioné a la clásica - Dostoyevski.

Un pedazo de historia, arte y cultura en una atmósfera rusa. Hoy es el ecuador y podemos decir que este viaje no solo nos ha llevado a lugares lejanos, sino que también nos ha acercado a nuestra historia y a nosotros mismos. Ya estamos agradecidos por eso y esperamos vivir muchas más experiencias y vivencias especiales que no podremos borrar de nuestros corazones!

Sol y saludos de nuestra parte...

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