Publicado: 16.10.2021
En mi caminata de ayer pasé por otro aparcamiento soleado donde me gustaría quedarme hoy. Mi plan es, con una taza de café en la mano, organizar el resto de mi viaje al sol y más tarde volver a nadar. Sin embargo, resulta que todo va de manera diferente a lo planeado.
Un francés llamado Jean-Charles, que aparca junto a mí, me invita a compartir su pizza. Así que también comparto mi café con él y conversamos bajo el sol mientras sus perros juegan en el río.
A pesar de su fuerte acento, lo entiendo más o menos. La compañía es bastante agradable, pero en un momento me resulta un poco demasiado, así que decido ir a Vallon-Pont-d'Arc, que me recomendó un couchsurfer.
Allí paso un hermoso día al sol en la Ardèche con vistas al histórico Pont d'arc.
También aquí descubro hierbas silvestres comestibles. La menta de montaña se encuentra en las laderas soleadas y es un complemento fresco para la avena.
Al atardecer, continúo pasando por algunos miradores y disfruto de mi cena en las alturas.
Los lugares de estacionamiento son demasiado exhibidos para mi gusto y como aún tengo energía, sigo conduciendo hasta mi próxima parada, el Pont du Gard, que me recomendó Florianne. Conducir por la noche, con menos tráfico, me gusta casi más que durante el día, aunque no veo nada de la zona. Pero así puedo concentrarme más en conducir.