Publicado: 19.07.2022
Después de la semana en Faro, ahora estoy nuevamente en camino hacia lo desconocido. Mi ansia de viajar no había sido tan grande como ahora.
A las 4 ya partí de la ciudad fiestera de Albufeira (podría haberme saltado esa parada), ya que no podía dormir más. Así que llego temprano a Sagres, justo antes del punto más occidental de Europa. La energía de la mañana la invierto en lavar toda mi ropa, incluyendo la de cama.
En el aparcamiento sobre los acantilados hay algunos otros campers. Este es sin duda uno de los lugares de aparcamiento populares, donde acampar ya está prohibido, pero no todos lo respetan. Así que temprano en la mañana encuentro un lugar genial con una vista fantástica. Sin embargo, la fatiga me alcanza y eso no me provoca ninguna sensación de felicidad. En su lugar, me retiro a mi cama y recupero las horas de anoche.
Hace viento y, para este momento, el aparcamiento está lleno, al igual que la playa. Preciosos acantilados, conchas, mar, los colores... Escenarios fotográficos como en un folleto turístico. Si tan solo no fuera por la multitud de gente :-D En lugar de pasar el día en la playa, me conformo con un baño.
Luego, algo para la lista de cosas por hacer en Portugal: el atardecer en el punto más occidental de Europa. ;-)