Publicado: 28.09.2018
No es casualidad que se diga que después de Burgos vienen los 5 días mentalmente más duros. Hoy hemos pasado uno de esos días.
Por la mañana estábamos de buen ánimo. Fiona estaba juguetona.
La zona a partir de aquí no se puede describir como bonita. Por la mañana se atraviesa una intersección de autopistas, luego se camina a lo largo de la autopista y, después, se pasa de nuevo por debajo de los puentes de la autopista. Después de un pequeño pueblo comienza la estepa. Los católicos dicen que aquellos que quieren recibir sus bendiciones deben pasar por la Puerta del Infierno.
Con mucha agua pensé que estaba bien preparado, pero me equivoqué. En esta estepa solo había algunos arbustos con un poco de sombra y aproximadamente 5 árboles en total. Y solo uno de ellos tenía una sombra lo suficientemente grande como para descansar. Para ir de un pueblo a otro, tuvimos que recorrer aproximadamente 12 kilómetros bajo el calor.
Prácticamente no hicimos pausas, nuestro pueblo no estaba a la vista durante mucho tiempo. Me preocupaba que Fiona colapsara. Ella se había bebido toda el agua (3 litros de cantimplora) y aún así no fue suficiente. Afortunadamente, Irina todavía llevaba suficiente agua. Con nuestras últimas fuerzas, finalmente llegamos a este lugar tan alejado. Sus patas han sufrido bastante hoy y se ve doloroso.
No haré otro día así con ella. De lo contrario, todo saldrá mal. Ahora necesitamos hacer una pausa. Intentaré llegar mañana a León y quizá esperar allí aún el día después. Después de eso, veremos si las cosas mejoran.