Publicado: 16.09.2021
Todo el día soleado, por la tarde se nubla un poco
Nos despertamos con la nariz y los pies fríos, a pesar de usar todas las mantas disponibles, la cabaña no se calienta bien. Afuera, las temperaturas estaban apenas por encima del punto de congelación. Al prepararnos para el desayuno y nuestra caminata en el Parque Nacional Ånderdalen, empezamos a entrar en calor. Después de un corto trayecto, aparcamos el auto en el estacionamiento y comenzamos la tan elogiada caminata de 12 km hacia Åndervatnet, 6 km ida y 6 km vuelta.
El año pasado, este camino se mejoró debido al 50 aniversario del parque; en los primeros 2 km hay un camino de grava sólido con casetas de baño y bancos de madera. Nos desviamos a un camino circular hacia un mirador, que está bien marcado con estacas de madera, pero que corresponde al típico sendero noruego: muy pedregoso, irregular, con muchas raíces, algunas partes embarradas, con muchas subidas y bajadas. Sin embargo, hubo algunos lugares donde se habían colocado esterillas de fibra y mantillo de madera en el suelo, lo que facilita el caminar. En el mirador también hay una pequeña cabaña para pernoctar, como las que se conocen en Dinamarca.
En el mirador, la tranquilidad se interrumpe de repente, porque un helicóptero de rescate está sobrevolándonos. Resulta que una senderista se ha caído y se ha fracturado el tobillo. Podemos ayudar a trasladar a la herida y al pesado equipo de rescate del paramédico, que había sido descolgado del helicóptero, a un prado. Allí aterriza el helicóptero, recoge a ambos y se marcha volando. Esto nos demuestra que el servicio de rescate en Noruega funciona muy bien incluso en áreas remotas.
Los siguientes 4 km hacia el lago son muy difíciles, pero hay estrechos caminos de tablas sobre grandes áreas pantanosas, praderas húmedas, arroyos y áreas más grandes de barro.
Esto mantiene el equilibrio. A 3 km de la meta hay una fogata con leña lista, un gran banco y un arroyo.
Dos kilómetros antes, hay otro letrero de aviso, y luego solo desierto. En este parque nacional se protege un paisaje muy especial, y aquí encontramos además pocas otras personas y mucha tranquilidad.
En el lago hay una cabaña donde también se puede pasar la noche.
Sin embargo, hacemos solo una pausa más larga, recogemos nuevamente arándanos y arándanos rojos, y comenzamos el camino de regreso. Después de ocho horas cansadas y llenas de experiencias, llegamos de nuevo al auto, regresamos al camping y nos concedemos un merecido descanso.