Publicado: 28.02.2019
Después de tres días de pereza y calor, queremos continuar y conducimos a lo largo de la costa hacia Salinas Cruz. Al llegar, parece que se respira a través de una toalla mojada, además del calor. La humedad del aire es implacable. Como allí realmente no hay mucho, decidimos de forma impulsiva hacer uno de nuestros famosos tramos largos. La llegada está calculada justo antes de anochecer... suficiente.
El destino es el Sima de las Cotorras. Un pozo de 120 m de profundidad y 160 m de diámetro en la roca, donde en su fondo habitan varias docenas de loros. Al atardecer, se supone que todos regresan. Después del amanecer, abandonan el agujero en comunidad.
Por la noche llegamos demasiado tarde, pero por la mañana podemos asistir al espectáculo. Muy bonito, pero se esperaba un poco más. Al menos tuvimos el camping solo para nosotros y había tranquilidad.