Publicado: 09.05.2018
Ho Chi Minh lleva el nombre del revolucionario homónimo que llevó al Norte de Vietnam a la victoria contra los estadounidenses.
La ciudad es totalmente diferente a Hanoi. Es, sobre todo, más moderna y, en mi opinión, también más turística que Hanoi. Hanoi tiene un casco antiguo hermoso y se camina casi forzado a través de las distintas calles donde antes solo había metalisterías, tiendas de pintura, floristerías, etc. Eso nos faltó un poco en Ho Chi Minh, ya que en el centro principalmente había tiendas para turistas. Solo el tráfico, eso es igual de loco.
Por suerte, hicimos una Free Chinatown Walking Tour una tarde con Ground to Sky Tours. Sky es un joven graduado vietnamita que ha iniciado su propio negocio. Nos llevó a lugares que probablemente nunca hubiéramos descubierto por nuestra cuenta. Entre otras cosas, a un mercado mayorista, donde en realidad solo las tiendas compran en grandes cantidades. Los diferentes puestos de mercado estaban abarrotados de productos de varios colores y generalmente solo había espacio suficiente para el vendedor mismo. En un mercado de frutas pudimos probar frutas de las que antes ni siquiera sabíamos que existían. ¡Gracias Sky por la tarde inolvidable!
Por supuesto, también teníamos que vender nuestras motocicletas. Esto resultó, a pesar del precio justo y el buen estado de nuestras motos (mejores de lo que las compramos) ser un poco difícil. Sin embargo, al final pudimos vender ambas después de 2.5 días. Es una experiencia increíble viajar por Vietnam en motocicleta y una oportunidad genial para conocer un país también entre los destinos turísticos. Por supuesto, el tráfico también es a veces peligroso y hay que reparar algo en estas viejas motos casi cada dos días. Pero esto es parte de la experiencia y simplemente forma parte de ello.
Pasamos unas noches en una especie de AirBnB, donde alquilamos una habitación en el apartamento de una joven pareja anglo-vietnamita. El apartamento estaba en un moderno rascacielos con piscina en la azotea. Ellos también nos llevaron al cumpleaños de su padre a un restaurante de barbacoa. Cada mesa tenía una parrilla en el centro y se podía comer tanto como se quisiera. Además, había cerveza ilimitada y vino blanco coreano. Dado que a los vietnamitas les gusta brindar antes de cada sorbo, la bebida tampoco se escatimó. Si eso fue bueno o no, eso está en disputa. ;-)
Antes de tomar el vuelo a Filipinas, visitamos los túneles de Cu Chi. Los túneles fueron construidos por los vietnamitas del norte durante la guerra contra los estadounidenses para esconderse en ellos. Además, también se podía ver cómo fabricaban armas y trampas. Es asombroso lo que lograron con los medios más simples.
La siguiente etapa de nuestro viaje son las Filipinas, más concretamente la isla de Palawan. Vamos a ver qué experiencias nos esperan allí...