Publicado: 12.11.2020
Al llegar a Buenos Aires, fuimos recibidos de inmediato por un servicio para personas con discapacidad en forma de dos hombres muy amables, que nos guiaron a nosotros y a un hombre mayor (también en silla de ruedas como Lea) a través de todo lo que se presentaba: aduana, control de temperatura, toma de fotos, verificación de pasaportes, recogida de maletas, etc. Fue todo muy rápido y pudimos pasar primero y después de aproximadamente 30-45 minutos pudimos salir del edificio del aeropuerto. Afuera, nos recibió un aire cálido y agradable, y una 'remise' (taxis reservados por la escuela) nos esperaba. Viajamos media hora hasta nuestro 'barrio'. Los conductores manejaban como locos, haciendo cambios de carril aventureros, etc. Ante la pregunta de 'mas rapido' solo pude decir con horror 'no', porque ya íbamos lo suficientemente rápido (en algunos casos, el doble de lo permitido) y al menos el coche en el que estaba con Lea e Ida no parecía muy confiable con las luces cubiertas y puertas un poco oxidadas... Pero al final, todos llegamos a nuestro destino :)
Al llegar a la casa, nuestra agente inmobiliaria ya nos estaba esperando. Ella había llenado el refrigerador y los niños se lanzaron de inmediato a la comida...