Publicado: 15.06.2017
El martes por la mañana (06.06.2017), el gordinflón vuelve a cojear. Esta vez al menos está claro por qué: en la primera etapa se le formó una ampolla, cuya piel se desprendió durante la noche. Debajo, piel fresca, pero aún no lista para soportar peso. Con protectores para las patas va mucho mejor. Quería ir al veterinario por un punto lastimado bajo el pelaje, así que rumbo a Waldkirchen. Alrededor de la una estoy de vuelta con el doctor y 100€ más pobre. Vendaje para la pata (en el protector para las patas sudaría), Mitex para el punto lastimado y antiinflamatorios, y por supuesto antibióticos (ambos en forma de inyección y en tabletas). Así que el programa completo. Desafortunadamente, me falta la experiencia para poder valorar qué de todo esto fue realmente útil...
Según la doctora, si el vendaje se mantiene seco, puede durar 3 días y Rango está en condiciones de soportar peso. Aproximadamente 10 minutos después de salir de la consulta, comienza a lloviznar, pero afortunadamente solo dura un breve momento y podemos refugiarnos. Después del almuerzo en la carnicería (cerveza blanca y plato de carne), decido avanzar hoy hasta la presa de Moldava. Mientras espero, comienza a llover. El autobús circula regularmente hasta Haidmühle y Rango puede viajar gratis (¿quizás el vendaje sí tiene sentido?). Durante una charla con el conductor, resulta que él creció cerca de la presa de Lipno. En Haidmühle, me ofrece llevarme sobre la frontera a la estación de tren, lo cual acepto agradecido (ya está lloviendo a cántaros). El trayecto de poco más de 2 km hasta cruzar la frontera tiene sus complicaciones. Estoy inseguro en varias ocasiones sobre si el autobús pasará por ahí, pero el buen hombre sabe lo que hace. Después de ignorar uno o dos carteles de restricción, puedo bajar en Chequia y casi estoy frente al tren que me llevará a Horní Planá. Alrededor de las 18:00 llego al camping, situado junto al embalse, y monto nuestra tienda durante la primera pausa de lluvia.
Me gusta mucho el lugar en Horní Planá, hay poco que ver en la ciudad, pero es acogedor. Desafortunadamente, el cajero automático aquí no acepta mi tarjeta de crédito, así que me quedo sin dinero en poco tiempo. Hasta entonces, aprovecho el tiempo, mientras Rango lame sus heridas, para relajarme junto al lago y intentar explorar mis primeros pasos en el blog de viajes. Como nuevamente era un día de lavado, el gordinflón también tuvo su turno. Esta vez, una de nuestras rutas de paseo nos llevó accidentalmente un poco al embalse. Apoyado por algunos premios, realmente lo hizo bastante bien. ¡Un gran avance!