Publicado: 04.05.2018
Vientián es la capital de Laos y es bastante hermosa para ser una ciudad asiática. ;-)
Se notaba que las celebraciones por el año nuevo laosiano estaban a la vuelta de la esquina: había fiestas por todas partes, la música alta resonaba por las calles y los templos estaban decorados.
Hay mucho que ver. Sin embargo, lo que más me gustó fue el Parque de Buda, que se encuentra un poco fuera de la ciudad. Detrás de una valla del parque estaba sentado el autodenominado 'Hombre Mágico' tocando la flauta. Eso le daba un toque místico al lugar. (No tomé una foto de él porque quería una cantidad exorbitante por ello.)
Laos tiene el récord de ser el país más bombardeado del mundo. Aún hoy, muchos años después de la guerra de Vietnam, hay innumerables explosivos no detonados en el suelo laosiano. Continúan ocurriendo incidentes con muertos y heridos. Estos explosivos a menudo son encontrados por los agricultores durante el trabajo en el campo o por niños que juegan. En el Centro de Visitantes COPE, se puede aprender sobre la historia, el impacto de las bombas sin detonar y sobre 'COPE' en sí. La organización se ocupa de los sobrevivientes de estos incidentes y trata de ayudarles a llevar una vida medianamente normal con prótesis que ellos mismos proporcionan. Además, las organizaciones humanitarias intentan localizar y destruir los explosivos restantes, pero esa es una tarea larga y difícil.
Mi albergue en Vientián también era algo peculiar. El bar del albergue estaba lleno de ruidosos estudiantes laosianos todos los días. El personal, que también era joven, pasaba el día colgando allí y no mostraba mucho interés en los huéspedes del albergue. Solo una de las chicas podía hablar un poco de inglés, y cuando no estaba, todo se volvía complicado. Pasamos toda la noche entretenidos por el ruido de un karaoke. Las habitaciones estaban sucias, los basureros desbordaban (incluido el de papel higiénico usado en el baño, por lo que había un olor desagradable por todas partes) y no se molestaron en cambiar las sábanas de los huéspedes que se habían marchado. El cocinero tenía que ser despertado cada mañana por una empleada para preparar el desayuno. Finalmente apareció en pijama y nos lanzó una mirada de fastidio. ¡Un servicio de primera! :-)