Publicado: 09.11.2021
El norte, el sur y el oeste de La Digue ya han sido explorados, así que hoy nos queda el este en el programa. Para ello, debemos recorrer la isla en bicicleta, subiendo y bajando, lo que nos hace sudar un poco. Pero, ¿qué hay más bonito que disfrutar de la brisa mientras bajamos, después de haber pedaleado arduamente hacia arriba?
Finalmente llegamos a la 'Grand Anse', una hermosa bahía que, sin embargo, debido a las fuertes olas, no es adecuada para nadar y que por lo tanto solo se explora a pie. Aquí seremos nuevamente 'testigos' de una pareja de novios - ya es la tercera ceremonia que presenciamos aquí.
Desde la Grand Anse, un camino de senderismo bastante empinado atraviesa el 'bosque' hacia la Petit Anse, que es igual de impresionante paisajísticamente que su hermana mayor. Aquí, sin embargo, hay un poco menos de gente, claro, ya que no es tan fácil de alcanzar.
Para llegar a la tercera bahía, la 'Anse Coco', que está programada para hoy como la última, caminamos otros 30-40 minutos, lo que también nos hace sudar un poco, sobre todo por la alta humedad, pero al final la Anse Coco hace que 'el viaje' se olvide rápidamente. Al principio tenemos la recompensa: un delicioso jugo de mango, fresco del shaker, ¡simplemente delicioso! Disfrutamos del jugo en dos tumbonas que están solas en la playa, esperando a exhaustosSenderistas como nosotros. En un extremo de la bahía hay también una pequeña piscina de agua de mar, donde se supone que se puede hacer un gran snorkel, como nos cuenta el vendedor de jugos. Pero cuando llegamos allí, es marea baja y así la piscina solo es un motivo fotográfico para nosotros.
Luego tenemos todo el camino de regreso ante nosotros, pero de alguna manera nos parece más corto que la ida, seguramente por la 'gasolina de mango' recién recargada...
Desde la 'Grand Anse' regresamos en bicicleta hacia casa - donde por primera vez desde nuestra llegada a La Digue podemos descansar un poco, antes de que me disponga a nadar.
El atardecer esta vez es nuevamente en la playa, antes de que cocinemos algo delicioso por la noche y pasemos la velada de manera tranquila.