Publicado: 27.07.2018
Mis días de viaje poco a poco se acercan a su fin y ya empiezo a reflexionar sobre ellos.
Hace unos días, tuve una conversación por la tarde con una ex Workawayer.
Ella vino desde Alemania para el cumpleaños de mi madre anfitriona y pasó un tiempo aquí.
Ella dice: 'seguro que has vivido muchos momentos destacados en tu viaje'. Y después de pensar un momento, respondí que no se me ocurría realmente un momento destacado.
Para mí, todo el viaje ha sido un momento destacado, un desafío personal que he superado.
He aprendido a estar sola sin sentirme nunca sola.
He conocido a personas maravillosas, he disfrutado de la cultura y el estilo de vida escandinavos, he aprendido a apreciar la apertura y la variedad de cervezas de los irlandeses, y he mejorado mis habilidades en inglés. Al principio de mi viaje, esto fue un gran desafío para mí. Cada oración la había ensamblado primero en mi cabeza antes de pronunciarla en voz alta.
Pero no podía ser realmente yo sin poder expresarme lingüísticamente. Por eso rápidamente dejé de tener esa reserva y simplemente hablé, aprendiendo haciendo. Este fue el mejor camino, ya que así pude abrirme en las familias anfitrionas.
El mayor logro de este viaje, sin embargo, es que he crecido personalmente. Me he redescubierto, he cruzado límites y he reconocido mis diversas facetas.
En los últimos meses he estado en cuatro países diferentes con cuatro familias diferentes como cuidadora de animales, jardinera, carpintera, ayudante de cocina, limpiadora, pintora, recepcionista y miembro de la familia. Sin embargo, también he estado emocionada, feliz, valiente, orgullosa pero también desesperada. Han caído lágrimas, a veces de felicidad y emoción, y otras veces lágrimas de desesperación y tristeza.
Pero durante todo este tiempo he sido 100% Samira, quien ha crecido con cada nueva tarea, con cada vuelo, cada nuevo encuentro y cada lágrima un poco más allá de sí misma.
A través de la distancia, algunas amistades se han estirado más, pero algunas también se han unido más. Ahora sé en quién puedo confiar en cualquier momento y en cualquier lugar. Y qué amistad quizás solo existe porque estábamos acostumbrados a ser amigos.
Con la distancia, también me he acercado más a mi familia. No hay nada más importante en mi vida. Nadie me ha dado tanta fuerza como ellos durante todo este tiempo.
Saber que siempre están a mi lado y están orgullosos de mí, me hace fuerte.
Ahora ya puedo contar los días hasta mi llegada a casa y estoy emocionada por ello.