Publicado: 05.03.2017
Levantarnos, ponernos crema, empacar la mochila y salir. Un poco somnolientos, subimos al autobús que nos lleva al punto de partida de nuestra excursión. Después de una breve instrucción de seguridad y de familiarizarnos con el kayak, salimos al mar. Remamos durante 3 horas más o menos paralelos a la costa. A veces nos dirigimos a una pequeña isla donde, además de nosotros, solo los pájaros hacen una pausa para el desayuno. Luego, Katie (nuestra guía) nos lleva a una bahía donde las focas juegan en el agua frente a nosotros. Después de un almuerzo y café, nos despedimos de Katie en una playa que también haría una buena figura como escenario de película y comenzamos a regresar a pie. En el camino de 12 kilómetros, podemos disfrutar de la vista al mar siempre que el denso bosque tropical lo permita. Nos fascina el bosque tropical neozelandés.
Después de un largo día, ahora estamos en la sala de descanso del camping. Después de una porción de huevos revueltos con cebolla, estamos bastante cansados, pero aún así queremos hacerlos un poco celosos con algunas fotos bonitas :)
Mañana por la mañana a las 9 nos llevaremos en taxi acuático al parque nacional. Queremos explorar otra parte del parque.