Publicado: 18.09.2017
Aún está oscuro cuando nuestro 777 aterriza en medio del Pacífico.
Nos reciben con guirnaldas de flores y una bebida fresca. Al llegar a nuestro alojamiento, estamos seguros: esto debe ser el paraíso. Este silencio, el sonido del mar y la maravillosa vista desde nuestra veranda. Aquí dejamos que nuestras almas se relajen.