Publicado: 08.10.2018
Después de algunas dificultades en el aeropuerto de Denpasar (ver Bali Parte 10), aterrizamos cansados en Cairns tras 3 horas de sueño.
Vista desde el avión de la costa frente a Cairns
Con sentido del deber, completamos el cuestionario de entrada de manera veraz. Después del baño bajo la cascada en Moyo, marcamos 'Sí' (¿Ha nadado en un lago dulce en las últimas tres semanas?) y así nos hicieron pasar. Con equipaje, nos alineamos con otros sospechosos a una distancia asignada y esperamos nuestra revisión. Esta llegó en forma de un perro rastreador de cuatro patas, que debía verificar si se estaba introduciendo material vegetal no permitido. Dado que en el pasado, especies endémicas fueron exterminadas por especies introducidas intencional o involuntariamente, las regulaciones en Australia son muy estrictas. Sin embargo, pudimos llevar y entrar con nuestras galletas de chocolate...
Cairns - Vista desde la Esplanade
Ya en el aeropuerto, notamos que había muchos turistas asiáticos. Más tarde, en algunas actividades turísticas, casi éramos los únicos que no parecían asiáticos...
También en los baños encontramos las mismas explicaciones que ya nos habían divertido en Indonesia: una pequeña guía en pictogramas para el uso de un inodoro de tipo squat.
En Indonesia, los inodoros de pie eran muy comunes y donde faltaban las instrucciones, a veces había huellas de pies en las tazas de baño...
En Cairns, primero paseamos por la Esplanade y desayunamos en un café allí. Estaba bien lleno de clientes, pero no eran los únicos que tenían apetito por la comida: si dejabas tu mesa desatendida por un momento, pronto las palomas y gaviotas se lanzaban sobre los platos...
En nuestro camino por la ciudad, nos encontramos con algunos árboles donde vive una colonia de zorros voladores. Los animales colgaban mayormente de las ramas, pero algunos volaban también. Sin embargo, para observarlos, no debes pararte directamente debajo del árbol - de vez en cuando, los animales dejan caer algo...