Publicado: 24.01.2020
Nuestra querida alojamiento tuvo que ser abandonada nuevamente y el siguiente destino era Cabo Este. El trayecto hacia allí fue de nuevo típico de Nueva Zelanda, muy aventurero.. Pasamos por la Pacific Coast Highway sobre caminos de grava y a lo largo de acantilados no protegidos, en carreteras donde a veces solo había espacio para un coche de ancho. Nos emocionaba cada curva, esperando que no viniera ningún coche en dirección contraria :D Vacas y ovejas cruzaban la carretera y muchos coches no se atrevían a llegar hasta el faro. Este está en el punto más oriental de la isla norte de Nueva Zelanda y para llegar allí había que subir 800 escalones. ¡Pero valió la pena una vez más! No muy lejos de allí había un gran camping, donde pasamos la noche y una vez más pudimos contemplar un increíble cielo estrellado. Nos pusimos la alarma para poder ver el amanecer como los primeros en todo el mundo. Un momento mágico. Al día siguiente hicimos una caminata más corta y luego nos dirigimos a Gisborne. Exploramos la ciudad y por la noche fuimos a un lugar junto al agua, donde celebramos la llegada del nuevo año. Aquí todo se toma un poco más tranquilo que en Alemania. Solo había un pequeño espectáculo de fuegos artificiales en la playa y en la ciudad al otro lado del río. A la mañana siguiente despertamos justo a tiempo para ver el primer amanecer de la nueva década :D
Los siguientes días caminamos por algunos senderos y estuvimos 3 días en Napier, que es realmente una ciudad maravillosa y digna de ver. Este pequeño pueblo de Art Deco encanta con sus calles encantadoras para pasear y mucho arte urbano. Simplemente invita a quedarse :)