Publicado: 29.11.2023
Necesitamos un día un poco más libre, ya que ayer tuvimos un pequeño accidente y se nos derramó agua en la maleta, así que tenemos que secar y además le debemos al niño una estancia más larga en la playa.
Por la mañana, viajamos 40 km al norte de Salalah para visitar los árboles de incienso. En el wádí Dawkah hay miles de árboles. Nos encontramos con un jardinero que los cuida, los ha dividido en 4 sectores y cada semana riega uno. Nos muestra árboles de 40 años, 70 años y pequeños árboles de 10 años (el incienso crece muy lentamente). El incienso es una resina que se recolecta 2-3 semanas después de la cosecha del fruto, la primera cosecha es blanca, de mala calidad, luego en las próximas semanas se recoge la resina amarilla y valiosa verde. Un árbol puede producir hasta 10 kg al año y pueden alcanzar una longevidad de 100-200 años si se cuidan bien. El árbol florece bellamente en amarillo, que tuvimos la suerte de ver. Además de los árboles de incienso, también hay muchas iguanas, así que David también disfrutó. El incienso es una materia prima muy valiosa, en tiempos antiguos Omán estaba en la ruta del incienso, por la que se comerciaba. Hoy en día, el incienso, cuando se quema, produce un aroma característico que perfuma todo Omán.
Al mediodía estamos de regreso en el apartamento y pasamos la tarde en la playa, elegimos una playa justo al borde de la ciudad y no es en absoluto una mala elección, llegamos en 7 minutos, el mar tiene un fondo de arena y grandes olas. Justo al lado hay una laguna llena de pájaros. No hay mucha gente aquí, pero hacia la tarde comienzan a llegar, lo cual parece ser bastante popular, pero pocos se bañan, vienen aquí a ver el atardecer.