Publicado: 07.07.2023
Dejamos Blanes y, con ello, también la Costa Brava. Este territorio debe su nombre a las empinadas cadenas montañosas que se extienden hasta la costa y allí forman un paso abrupto hacia el mar en formaciones bizarras.
Poco después de Blanes, con la desembocadura del Tordera, llegamos a la Costa del Maresme. Esta ruta también está acompañada por cadenas montañosas, sin embargo, se retiran notablemente hacia el fondo conforme nos acercamos a la costa. Al pie de las montañas queda una franja densamente poblada que se extiende hasta Barcelona.
Tenemos excelentes condiciones para la travesía, con viento de hasta 5 nudos y una ola de 20 cm. Delante de nosotros, a lo largo de la costa, se han formado algunas nubes, y navegamos directamente hacia ellas. El aire cargado de humedad se presenta ante nosotros como una pared de niebla. Sobre las montañas ya podemos distinguir las primeras precipitaciones. A unos kilómetros de la costa, sobre el mar abierto, también se pueden ver cortinas de lluvia. ¿Nos bañaremos hoy?
No lo necesitábamos, pero el dios del tiempo tuvo compasión. Cuanto más nos acercábamos a este frente, el clima se separó a ambos lados, y nos abrió un mar con cielo azul y en calma hacia Barcelona.
En los últimos kilómetros hasta el Masnou, el viento se intensificó un poco y llegamos al puerto con olas y una ligera brisa.
Barcelona está a la vista, y algunos lugares destacados se pueden distinguir en el horizonte. Nuestro enfoque hoy está en registrarnos, amarrar en el lugar y luego hacer una breve visita al pueblo, ya que nos falta pan, un poco de verduras, agua y tal vez una cerveza.
A lo largo del puerto, debajo del tren de cercanías que nos acompañó desde Blanes, hay pequeños bares alineados como en un collar de perlas. En el centro hay una discoteca que incluso ya estaba abierta. Allí tomamos algo, y también tuvimos que pagar por la música. Tuvimos que pedir la cuenta varias veces, el camarero felizmente nos habría traído más cervezas, y al recibir la cuenta supimos por qué.
No es recomendable.
Entre los locales hay varios corredores de barcos, un velero y un carpintero. En el puerto hay dos empresas de servicios.
Frente a los dos últimos puertos, las instalaciones aquí ya han envejecido un poco.
La proximidad a Barcelona, la conexión de transporte con el tren de cercanías, así como nuestra planificación para el tiempo de invernada, cumplen en este momento nuestros deseos.
Los próximos días están destinados a realizar algunas pequeñas reparaciones en el Gustav. En la última travesía, la indicación de temperatura del motor de estribor nos falló. El filtro previo del aire acondicionado se ha obstruido. Para los cabos necesitamos dos amortiguadores más, para que los golpes no impacten tanto en los cabos. Hay que preparar todo para los próximos meses, y sí, también hemos planeado algunos días para Barcelona.
Barcelona, allá vamos.