Incluso en el último día en Oslo tuvimos suerte con el clima. Esto nos vino muy bien, ya que habíamos planeado una excursión a los fiordos de Oslo. Al igual que en Gotemburgo, con nuestro billete de tranvía y autobús también podíamos utilizar el ferry hacia las islas cercanas. Nuestra primera parada fue en la isla Hovedøya, que lamentablemente era muy turística. Sin embargo, era adecuada para nadar. Con una temperatura exterior de 21 grados y sol, el agua todavía estaba fría, pero aceptable, ¡así que al menos Niko y yo nos atrevimos a entrar al agua ;)
Hacia la tarde, nos dirigimos a otra isla, donde encontramos un bonito mirador con un banco. Desde allí, observamos - con una cerveza en lata carísima - la puesta de sol. La atmósfera era indescriptible. Para mí, ¡el día hasta ahora fue uno de los momentos destacados!