Publicado: 28.12.2016
En Auckland fui recibido muy amablemente y calurosamente por unos conocidos. Ellos viven fuera de la ciudad, donde ya es un poco más rural. Para llegar a mis conocidos tomé primero dos autobuses y luego me recogieron en la parada de autobús.
Como aterricé temprano en la mañana, llegué a mi alojamiento al mediodía para pasar unas noches. Sin embargo, para combatir el jetlag, me aconsejaron que permaneciera despierto hasta al menos las 18 horas. Eso fue un verdadero desafío. Para evitar dormirme, fuimos a la playa de Muriwai.
Hay algo más que debo contarles... Había en Auckland algunos pájaros que no conocía, pero el Pukeko me pareció el más interesante. No puede volar alto ni lejos, por lo que parece que está intentando volar. Este apareció una mañana en nuestro jardín y quería arrancar todas las flores del suelo junto con dos de sus amigos.
Así que tuve un comienzo bonito y relajante en mi viaje. Ya estoy deseando volver allí en el camino de regreso :-)