Publicado: 17.12.2019
Después del desierto, volvimos al mar, donde este dulce gato se nos acercó en el aparcamiento. Rápidamente lo llamamos Toni y le ofrecimos refugio de la tormenta. Lamentablemente, tuvimos que dejarlo allí de nuevo. Luego continuamos hacia Málaga, donde escuchamos villancicos por primera vez y todo el centro de la ciudad estaba bellamente decorado para la Navidad.