Publicado: 30.06.2023
Finalmente ha llegado el momento, otro destacado ciclista para mí, la carretera desde Lysebotn hacia arriba. Durante la noche había llovido y soplaba un viento fuerte que nos sacudía bien, ya que estábamos un poco expuestos. Dormir bien estaba bastante lejos de la realidad.
Al menos había dejado de llover, y de vez en cuando el sol asomaba a través de las nubes bajas, pero hacía mucho frío y el viento seguía siendo bastante fuerte. La niebla se había ido y la vista era impresionante.
Quería recorrer esta ruta a toda costa, así que me abrigué bien y puse té caliente en la botella de agua. Della no tuvo que decir nada, su expresión facial hablaba volúmenes de mis intenciones. ¡Comenzó el viaje! Primero, un trozo sobre la meseta, la carretera llena de bajadas y subidas. El paisaje de ensueño compensaba el viento y el frío, y también las adorables ovejas a lo largo del camino contribuían a la alegría.
Luego, la ruta fue hacia abajo, y cuanto más duraba la bajada llena de frenos, más dudaba de mi plan de poder subir nuevamente esta ruta, que ya era empinada a pesar de las curvas. Al final había un túnel estrecho de 1,1 km de largo, que me ahorré, así que ropa abrigada fuera, ¡dar la vuelta y hacia arriba!
Subí sorprendentemente bien, curva tras curva, aunque estaba un poco decepcionado, había imaginado la ruta con mucha vista, lo cual no fue así. En Kjerag Parking me encontré con Della, que había aprovechado muy bien el tiempo con café y brownie.
Para mí, continuó hacia arriba, de vuelta a la meseta y por la ruta de ensueño hasta Suleskard. Esta parte de la ruta es muy recomendable, también son geniales los gestos motivadores de los conductores de vehículos que vienen en sentido contrario, así como las amables palabras de las especialmente personas noruegas a lo largo de la carretera. ¡Eso realmente se siente bien!
El tiempo fue perfecto, apenas llegamos a nuestro punto de encuentro, Della y Louise ya giraban la esquina.
A continuación, continuamos hacia el sur, eligiendo inconscientemente una carretera no tan frecuentada por turistas. De manera tranquila, nos paseamos por la zona, dejándonos llevar por ella, también es agradable alguna vez.
Después de días sin duchas, decidimos por un camping, así también pude cargar la computadora portátil y así permitirles leer estas líneas. ¡Buenas noches!