Publicado: 05.06.2023
Pero ahora, en dirección norte, adiós mar. Habíamos elegido el Asnensee. Aproximadamente 2 horas de tiempo de viaje, nada complicado con la manera tan relajada de conducir de los suecos.
Hicimos una parada en una gasolinera (sí, necesitaba un baño). Gracias a Dios, así pudimos hacer un importante descubrimiento: evidentemente, las gasolineras tienen la posibilidad de desechar aguas grises y negras, genial.
El segundo lugar al que llegamos nos convenció, con muelles, una zona de baño y vista al lago, simplemente perfecto.
Louise estacionada a la perfección, ruedas hacia abajo y después de todo ese viaje, primero un poco de ciclismo junto al lago. Subir y bajar durante todo el tiempo, el viento también sopla constantemente, por suerte el caballero tiene una batería ;-)
Después del recorrido en bicicleta, me atreví a 'saltar' al lago (ok, todos los demás saltaron después de mí, a mí me tomó un poco más).
La atmósfera de la tarde es maravillosa, el paisaje se sumerge en una luz espectacular.