Publicado: 10.10.2019
Nos despertamos temprano al día siguiente y nos damos cuenta de que los baños ya están cerrados...¡Maldición!...eso significa ajustar el biorritmo, quien duerme en parking y no encuentra un baño al día siguiente... ¡sabe a qué me refiero! Pero todo funciona y nos dirigimos hacia Carcans pasando por Montalivet. En el camino hacemos una corta parada en Pin Sec, antes de encontrar un bonito lugar en un hermoso bosque de pinos en Carcans-Plages. Este solo estará abierto por cuatro días más y decidimos quedarnos dos de estos. Después de una relajante ducha, damos un paseo por el pueblito, aquí casi todas las tiendas están cerradas, el verano ha terminado y después de la temporada no queda casi nadie por aquí. Caminamos por los hermosos bosques de pinos y disfrutamos del sol y de las suaves temperaturas de aproximadamente 20 grados. Por la noche hay queso sobrante, salami y baguette, después está completamente oscuro, ¡a pesar de que el reloj solo marca las 20 horas! Al sofá con un libro, y luego ¡buenas noches!
El sol me hace levantarme temprano y paseo con el perro hasta la playa para observar las olas y a los guapos surfistas. Luego, Jörni me recibe con café fresco frente al autobús, ¡yuhuuu! Aprovecho la oportunidad y lavo dos cargas de ropa, el Pippibus está de nuevo impecable, mantas, alfombra y toallas, todo limpio. ¡No puedo creerlo, qué bonito es esto! Ajustamos aquí y allá un poco y optimizamos algunos detalles, luego el destornillador vuelve a su caja y estamos satisfechos. Aprovecho el tiempo para leer y simplemente disfruto de estar sentado al sol. No pasa mucho más...leer...sentado...dándome cuenta varias veces de lo bonito que es esto...sentado...oscuro...¡dormir! ¡Bueno!
Al día siguiente seguimos rumbo al sur...!