Publicado: 14.08.2019
Dejamos Estocolmo y continuamos nuestro camino.
Nuestra elección recayó en Hundriksvall, por qué... no tengo realmente idea... habíamos recorrido aproximadamente 300 km y decidimos que era suficiente por este día.
Que la temporada alta aquí ha terminado se muestra en los campings vacíos y en un montón de pensionistas que parecen necesitar dos parcelas con sus enormes y blancos frigoríficos. En realidad, ya son casas multifamiliares sobre ruedas... ¡hay familias grandes que viven con menos espacio en su vida diaria! Quien puede, puede...!
Decidimos quedarnos aquí tres noches, como de costumbre, primero descansando de la gran ciudad. Principalmente he aprovechado el tiempo para leer nuevamente y finalmente configurar este blog. Y hasta ahora todo lo que me he perdido. Jörn explora los bosques circundantes y se deja picar por los mosquitos. Por la noche, el programa habitual. Una deliciosa bebida fría con vista al mar Báltico.
La última noche finalmente hubo algo de programa. En el albergue justo al lado del camping, los trabajadores migrantes de Europa del Este se pusieron bastante alegres y decidieron ver quién de ellos era el más fuerte, casi se golpearon entre ellos. Pero se reconciliaron, 5 minutos después estaban llorando en los brazos del otro... ¡quién puede entender a los hombres, qué está pasando aquí...! Lo que pienso al respecto se lo muestro a Jörn rascándome las axilas y haciendo sonidos de simio. Hubieran hecho mejor en hacer un Svävande Ufo en su lugar...
PD: Y quien quiera hacer un Svävande Ufo, por favor vea las fotos para la guía...!