Publicado: 22.07.2018
Después de recibir el lunes la negativa de la granja en Taupo, nos sentamos en la biblioteca y comenzamos a buscar alternativas de inmediato. Ese mismo día hablamos por teléfono con una amable mujer de una granja en Cambridge y acordamos una reunión para el día siguiente a las 12 en punto. Puntuales, así que al día siguiente nos pusimos en camino. Después de una hora y media de viaje a través de una niebla como nunca antes habíamos experimentado, llegamos - en medio de la nada. Nos recibió muy calurosamente Lyn - la mujer con la que habíamos hablado por teléfono - y su esposo Bruce. Mientras tomábamos un té y deliciosos sándwiches de queso y jamón, hablamos sobre las tareas en la granja. Bien satisfechos, luego nos mostramos la - hay que admitirlo, realmente grande - granja. Bruce nos explicó brevemente algunos fundamentos sobre el ordeño y preguntó si podríamos imaginar trabajar aquí. Después de eso, echamos un vistazo a nuestra alojamiento. Una cabaña sencilla con un pequeño baño y una cocina. Para dormir, sin embargo, tenemos que usar nuestro colchón del auto. Después de revisar todo, regresamos a la casa principal, comimos pastel, hablamos sobre el salario y acordamos que el próximo lunes (23.07.) podemos empezar a trabajar.