Publicado: 24.10.2018
Para dividir un poco el trayecto hacia el desierto de Atacama en Chile, decidimos no ir directamente de Salta a San Pedro de Atacama, sino hacer una parada en Purmamarca. ¡Y esa es la decisión correcta! El viaje en autobús de 4 horas nos lleva hacia el motivo principal por el que elegimos Sudamérica como destino: LOS ANDES
Conforme nos acercamos a las enormes montañas, finalmente podemos bajar en el desvío hacia Purmamarca. Esa es la ventaja de que el autobús se detenga en cada esquina... Uno puede bajarse donde no hay una parada oficial. Caminamos aproximadamente 2 km a través de un paisaje de ensueño hasta llegar a nuestro pequeño hostal, donde somos recibidos con mucha calidez. La amable pareja nos cuenta de inmediato que ellos hacen todo aquí, desde pasteles hasta galletas, pan y mermelada. ¡Cuanto más nos alegra el desayuno del próximo día! (Después de que el buen pan esté bastante alto en nuestra lista de 'Lo que extraño de Alemania'). Aprovechamos la tarde para pasear al pueblo de Purmamarca a 1 km de distancia y echar un primer vistazo al 'Cerro de los Siete Colores'.
Hoy, incluso con cielo nublado, los colores son indescriptibles. Como resulta, ¡bajo el sol al día siguiente brillan aún más! Los diferentes colores se generan por la alta concentración de distintos minerales en las rocas, que en parte tienen hasta 400 millones de años de antigüedad. Descubrimos un pequeño camino serpenteante hacia una montaña vecina y decidimos que al día siguiente queremos hacer una caminata hasta la cima.
Dicho y hecho. Después de un delicioso desayuno de cumpleaños, nos dirigimos con un brillante sol a escalar la cima. Los 700 metros de altitud en la montaña de 2,900 m están acompañados de un panorama impresionante, por lo que uno debe forzarse a mirar al camino y no caer como 'Hans que mira al cielo' por el monte. Pasamos junto a cientos de cactus, de los cuales aquí se construyen casas y techos enteros a partir de su madera. Al llegar a la cima, casi no podemos creer la vista y la disfrutamos al máximo. Y eso, a pesar de que Jan había cogido un resfriado durante la noche. Encontramos exactamente a una persona en todo el camino. Así nos gusta hacer senderismo :)
Por la noche hay pasta casera y música en vivo, antes de que caigamos cansados en la cama. ¡No podría haber sido un día más hermoso!