Publicado: 21.02.2023
117 días, de los cuales 70 días en el mar, antes del viaje nos preguntamos si nos aburriríamos o si sentiríamos nostalgia. Hoy puedo decir que nada de eso ocurrió. El viaje pasó volando y los días en el mar eran necesarios para procesar al menos parcialmente las impresiones. Tendrán un impacto duradero. Un viaje alrededor del mundo no se puede comparar con unas vacaciones. En tanto tiempo se forma un vínculo, tanto con los huéspedes como con los miembros de la tripulación. Esto se mostró en la gran gala de despedida la última noche. Muy emocional. Marion dijo, moviendo la cabeza, que nunca había visto a tantos hombres llorar.
Hubo sorpresas que generalmente venían de afuera y con las que había que lidiar de alguna manera. Tuvimos que esperar a que pasara la tormenta en el delta del Río de la Plata, los contenedores de provisiones para San Antonio se quedaron atrapados debido a una huelga en Lima y los de Tahití no llegaron a tiempo. El viaje estuvo a punto de cancelarse, pero AIDA decidió chárter un avión y enviar 80 toneladas de carga a Papeete. En las Islas de Pascua, al anclar, nos enteramos de que las autoridades no permitían desembarcar, en el Océano Índico tuvimos que dar la vuelta por una emergencia médica y huir directamente de Mauricio a Sudáfrica porque se estaba formando un ciclón. Pero, en principio, tuvimos suerte con el clima y el oleaje. El capitán Felix Rothe trató de hacer lo mejor en cada situación, siempre bajo la consigna 'Seguridad primero'. ¡Grandioso! Nos acercamos al glaciar Amalia en Patagonia al máximo y giramos el barco 360 grados para que todos pudieran ver bien, conocimos a la mayoría de los habitantes de Pitcairn, alrededor de 40 descendientes de los amotinados del Bounty, y estuvimos en los lugares más solitarios del mundo. Sin embargo, también hubo quejosos que tuvieron que prescindir durante días del jamón de Schwarzwald, la carne picada y la sangre y que no se lo tomaron a broma. También hubo 31 conversaciones de queja con los responsables de las excursiones porque debido a un mal timing supuestamente había muy pocos peces de colores para ver en Bora Bora. Y hubo un lugar peligroso en todo el viaje, la cámara de los horrores, la lavandería. Increíble pero cierto. Hubo incidentes que llevaron a que dos huéspedes fueran enviados a casa anticipadamente.
Conclusión:
1. Un viaje alrededor del mundo sigue siendo una aventura que conlleva muchas sorpresas.
2. Mantén la calma, siempre hay una solución.
3. Mantente curioso.