Publicado: 24.04.2024
Hoy voy a Pietralunga. Mi inclinación para salir hoy es limitada. Salgo de la habitación decorada con buen gusto, con la maravillosa vista sobre los tejados de Città di Castello, muy a regañadientes. En un antiguo monasterio, las celdas de los monjes han sido convertidas en habitaciones y apartamentos. Impresionante es el pasillo que se ha mantenido en gran medida histórico y las viejas puertas de las celdas de los monjes, que estimo tienen al menos 250 años. Città di Castello es dos veces más grande que Sansepolcro. Aunque las dos ciudades antiguas son comparables, Città di Castello es la más elegante, mientras que Sansepolcro tiene más encanto.
Caminó casi siempre por calles asfaltadas o caminos forestales. Aparte de algunas vistas muy encantadoras, el recorrido es más monótono que en días anteriores. Voy hacia Pietralunga. Me esperan 30 kilómetros de camino. Como debo hacer una pequeña desviación en Monte Casale, al final serán 36 kilómetros y casi 10 horas de caminata.
Lo que es especial de este trayecto: se camina una vez en Toscana y otra vez en Umbría. He dejado el bosque atrás. El paisaje es más pequeño, y ahora se ven más viñedos además de los olivos. En Toscana dominan los pinos y las lujosas fincas, en Umbría son más bien los prados secos y los campos de verduras los que llaman la atención. Desafortunadamente, todo esto se ve un poco opacado, ya que las nubes cuelgan bajas y llueve intensamente una y otra vez.
En medio de un hermoso prado de flores se encuentra una iglesia románica con albergue para peregrinos. Su historia se remonta al siglo III después de Cristo. Podría pasar la noche aquí. Un letrero indica que también hay servicio de transporte. Pero aún tengo buenas esperanzas de poder alcanzar mi próximo destino, Pietralunga, sin mayores incidentes.
Justo cuando dejo atrás Pieve dei Saddi, comienza a llover nuevamente. Las siguientes dos horas se alargan como chicle y el poncho de lluvia ya no puede con las masas de agua. Peor que la lluvia es la carretera muy empinada que se retuerce hacia arriba hacia Pietralunga. Se extiende sin piedad, curva tras curva. Un vistazo a la guía de senderismo: No hay palabra sobre los pecados que hay que expiar en este camino, y ninguna palabra sobre esta empinada subida implacable. He perdido toda sensación de la distancia indicada, y también me atormentan los dolores de espalda. ¿Por qué 6 kilómetros se sienten tan largos?
Llegué tarde a mi alojamiento, empapado y al límite de mis fuerzas. Al menos: La habitación que me recibe después de este día extremadamente agotador y cansado, es un sueño. Está calefaccionada. Y está tan amorosamente y detalladamente decorada, que en realidad es un sacrilegio usarla solo por una noche. Una verdadera joya y un consuelo después de un día agotador.