Publicado: 09.10.2023
Primero debería ser el Atlántico. Pensado, dicho y hecho. Elegimos como destino St. Jean de Luz, justo antes de la frontera española. Es un popular balneario con una bahía protegida. Entre la fortaleza de Cocoa al sur y la colina verde al norte, un arrecife en el mar rompe las olas. Los niños pueden bañarse allí sin protección. Los surfistas buscan la ola perfecta al norte de St. Jean de Luz, donde pudimos observarla magníficamente desde nuestro camping. Además, St. Jean de Luz también tiene un hermoso casco antiguo con innumerables pequeños comercios, cafeterías y restaurantes. Igualmente recomendable y obligatorio es visitar el mercado. Este está abierto todos los días de 07:00 a 13:00 horas. También alrededor se pueden encontrar diversos puestos de mercado, la oferta abarca desde pescado (en gran cantidad atún y sardinas) hasta carne, queso y productos vegetales.
Tampoco pudimos resistirnos, aunque mi pareja, Ralf, debe ser arrastrado a tales mercados. Sus compras siempre superan con creces lo que podemos consumir. Afortunadamente, tenemos un congelador en nuestra autocaravana.
Aparte del disfrute culinario, la fotografía también fue una gran experiencia para nosotros. En un primer paseo desde nuestro camping hacia el casco antiguo, nos vinieron diversas exclamaciones como: ¡Oooooh qué bonito! hasta ¡Wow, magnífico!. También exploramos con nuestras bicicletas el interior. Viajamos por la ruta de la Corniche, que al sur de Saint-Jean-de-Luz sigue la costa hacia Hendaye (el último lugar antes de la frontera española) y ofrece hermosas vistas panorámicas de los Pirineos y el Atlántico. De regreso, atravesamos el interior siempre manteniendo la vista en los Pirineos.
En dirección a esta imponente cordillera, nos pusimos en marcha esta mañana y el próximo informe se realizará sobre ello.
Au revoir y Hola España.