Publicado: 16.06.2020
Miércoles, 3 de junio de 2020
Son las 6:00, hora de levantarse 😊
El tiempo es hermoso, el sol brilla. Siento la hierba húmeda bajo mis pies. Eso es... vivir en armonía con la naturaleza. Lo he olvidado... no lo he experimentado a menudo hasta ahora. ¡Es hermoso!
Y la aventura continúa. Hoy quiero llegar a Nüremberg. Después de diez minutos de nuevo en el sillín, sueño con una taza de café... Eso sería perfecto ahora. Llego a la área de descanso en la autopista Greding, a la que puedo acceder por mi ruta. ¡Genial! Hay una ducha🚿... y café☕... Soy un niño afortunado😊
Alrededor del mediodía llego a Hilpoltstein. Paso al menos dos horas en este pequeño pueblo. Primero, un joven cae con su bicicleta... por suerte solo tiene algunos rasguños. Luego, voy a una gasolinera para volver a inflar mis ruedas. Ahora siento que tengo todo el tiempo del mundo... mientras converso con Dominic, un joven simpático, hay un gran estruendo... un camión de bebidas pierde su carga vacía al salir de la gasolinera en la calle. Un enorme montón de vidrios y botellas vacías y cajas de bebidas están esparcidos por la calle. Ayudamos juntos... en pocos minutos todo está de nuevo recogido.
Continuamos hacia Nüremberg. Las nubes comienzan a acumularse lentamente. Ahora es hora de buscar un lugar para dormir. Espero poder montar mi tienda en un lugar seco. Nüremberg es una gran ciudad... en un parque primero tomo un descanso y como algo🍔 Apenas empiezo a avanzar de nuevo, comienza a llover. Vaya... Espero que esto se detenga antes de que haya encontrado un lugar para pasar la noche. Pero la suerte está de mi lado🙏😊 Después de 75 km hoy, monto mi refugio en el borde norte de Nüremberg, en un campo detrás de una vieja casa deshabitada con un gran estanque de agua. Las ranas dan un concierto para mí... toda la noche. Además, hay un aeropuerto no muy lejos. Gracias a Dios no está muy concurrido esta noche, pero cuando un avión aterriza o despega, realmente es muy ruidoso. Esta noche duermo bien.