Publicado: 17.08.2019
Uiuiui, ¡lo logramos finalmente subirnos a la furgoneta y dejar atrás nuestro hogar habitual!
Primero nos dirigimos a la isla Rügen, donde pudimos visitar una hermosa granja tradicional gracias a Landvergnügen, donde pasamos nuestra primera noche. Para aquellos que no lo conocen, Landvergnügen es una asociación de muchas granjas en Alemania que permiten que los campistas pasen una noche gratis en su granja, para así quizás promocionar su tienda de productos y sus productos elaborados. Se pueden encontrar estas granjas en una guía de lugares para estacionar. Pero volvamos a nuestra primera noche... Gracias a nuestros anfitriones, nuestro viaje comenzó de manera muy genial. ¡Nos invitaron a una barbacoa y pasamos la noche conversando con los propietarios y otros invitados en la bar de jardín!
Al día siguiente, ya nos dirigimos a Usedom, ya que desde hace dos años queríamos ir al autocinema. ¡Increíble! ¡Lo recomendamos! Fue muy divertido y por 16€ incluyendo la noche en el área del cine, fue una ganga. Vimos 'Los peces de oro'.
El tercer día del viaje, viajamos a Polonia a través de Swinemünde. Siempre hermoso, directamente junto al mar Báltico, así no es fácil perderse 😉. Nuestro destino era Wicie, ya que debería haber interminables playas de arena. Al llegar allí, encontramos una pista de aterrizaje inactiva donde fue ideal pasar la noche.
Al día siguiente viajamos a Leba, ya que se dice que hay muchas dunas en la zona. Por un equivalente a 13 euros, nos registramos en un pequeño camping y la mañana siguiente caminamos a través del bosque y a lo largo de la playa hacia las dunas. Con poco dinero, uno podría tomar uno de los incontables taxis eléctricos, pero nosotros lo hicimos a pie. Casi 20 kilómetros con todo incluido. En el camino pasamos una vez más por una de las hermosas playas de arena polaca, con arena fina hasta donde alcanza la vista.
De repente, como de la nada, aparecieron las grandes dunas migratorias, que migran 12 metros hacia el este cada año. Una de estas dunas ya había engullido partes del antiguo pueblo. También frente a un bosque no detuvieron su avance, solo unas pocas ramas eran visibles. Era realmente impresionante, pero desafortunadamente muchos turistas tenían el mismo plan que nosotros, lo que lo hacía un poco agotador.
Después de una agradable noche en Leba, continuamos hacia Gdansk. Aquí seguimos el consejo de nuestro oficiante de boda Herbert y su esposa Gabi y nos dirigimos a un pequeño camping en la costa, donde pudimos estacionar en un pequeño bosque de abetos.
Desde allí, tomamos el autobús y el tren al centro de la ciudad para hacer turismo. Principalmente, visitamos el casco antiguo, que tiene su propio encanto.
Lo más destacado fueron las pirogues típicas del lugar. Todas estaban rellenas de diferentes ingredientes y eran simplemente increíbles.