Publicado: 26.02.2019
¡Mi tiempo en Nueva Zelanda fue emocionante, variado, educativo y simplemente asombrosamente maravilloso! También en mi última semana tuve la oportunidad de vivir muchas cosas interesantes.
Teníamos un gran grupo con el que hicimos muchas actividades juntos. Una mirada fascinante a la cultura maorí fue la noche en Lake Anewhenua, donde tuvimos un recorrido por las tierras, asistimos a un taller para aprender el famoso Haka y disfrutamos de una comida tradicional Hangi. A la mañana siguiente, visitamos Kerosene Creek, donde pudimos sumergir nuestros pies o más en el agua caliente.
Después de una corta parada para el almuerzo en Taupo (McDonald's en el avión), nos dirigimos a pasar 2 noches en Blue Duck Station, que se encuentra en medio de la nada en la Isla Norte.
Ahí finalmente pudimos tomarnos el tiempo y relajarnos un poco con un libro. Por supuesto, también había una amplia gama de actividades, pero Cat y yo decidimos ir solas hacia las Blue Duck Falls. También formaba parte del programa una auténtica fogata y una 'cerveza de cierre' al final del día.
El día siguiente comenzó para nosotros temprano en la mañana, ya que nos dirigíamos al Crossing Tongariro. La caminata valió la pena en todos los sentidos y el Monte Doom es igual de impresionante en vivo que en la película😄
Después de esta caminata de un día, disfrutamos de una agradable noche en la Snowy Waters Lodge en Raetihi y pudimos relajarnos.
Nuestra última noche juntos la celebramos en Wellington después de haber explorado el jardín botánico.🌳😂🔍👃
Después de esta noche, los caminos de nuestro grupo se separaron. Algunos se quedaron en Wellington y otros continuaron hacia la Isla Sur, mientras yo abordé un avión hacia Auckland. Allí pasé un hermoso y acogedor día y me preparé para el viaje de regreso. ¡Suiza, allá voy! 😉