Publicado: 05.07.2018
Hoy es 4 de julio, Día Nacional en los EE. UU. Por lo tanto, nuestro hotel estaba bastante lleno.
Justo detrás del hotel, cruzamos el río Colorado y también cambiamos de Nevada a Arizona. Aquí ya no hay Casinos ni juegos, quien quiera jugar, debe ir a Nevada.
Después de un breve recorrido, llegamos al antiguo pueblo de Oatman, famoso por sus burros. Aquí, los animales de carga caminan libremente por la calle, les gusta que los alimenten y si no lo haces, a veces te dan un toque con la nariz o un pequeño mordisco. Se parece un poco a la India con sus vacas, pero aquí son burros en el Viejo Oeste.
Oatman también es el punto de inicio de la Ruta Histórica 66. A través de un pequeño paso, nos dirigimos hacia Kingman, donde desafortunadamente el centro de visitantes estaba cerrado hoy por el feriado. Al menos los restaurantes de comida rápida estaban abiertos y pudimos reabastecernos y refrescarnos.
Continuando por la Ruta 66, pasamos por Hackberry hacia Seligman. En el camino, siempre parábamos en estas típicas y antiguas estaciones de servicio, que hoy en día son en su mayoría tiendas de souvenirs, pero hay que admitir que son muy bonitas y auténticas.
Por supuesto, no podía faltar una parada en Angel's en Seligman justo antes de terminar la etapa del día. Este hombre de 90 años es uno de los impulsores de la preservación de la histórica Ruta 66 y todavía dirige su barbería, su tienda y toca en vivo el saxofón con sus amigos de la misma edad.
Cabe mencionar que la Ruta 66, a diferencia de la opinión general, es una carretera muy hermosa que proporciona diversión al conducir y no está totalmente destruida ni cubierta de baches. Hay curvas y también las eternas rectas que parecen no tener fin. Aquí se hace evidente lo grande e infinito que es este vasto país.
Fue muy agradable que el paisaje comenzara a cambiar después de Oatman, de la árida desierto de piedra a una estepa - aunque seca - y en el transcurso del viaje se volvía cada vez más verde. Primero arbustos verdes pequeños, luego árboles pequeños y al final de la jornada ya casi se parecía a un bosque. Los ojos lo agradecieron. También el calor de ayer fue disminuyendo poco a poco y llegamos a Williams con un cielo de nubes tipo ovejitas y 'solo' 30 grados.
Esta noche vamos a la ciudad de Williams, que se encuentra al borde del Gran Cañón. Intentaremos ver uno de los típicos desfiles de festival y tenemos una visita a una cervecería por delante... así que salud.
Conclusión: otra marca en la lista de deseos de la vida: recorrer la Ruta 66 en moto Harley.